domingo, 20 de febrero de 2011

Una mañana en la niebla

Vivo en Alcobendas, donde hay un espléndido carril bici que llega hasta Soto Real, unos 34 kilómetros de aquí. Los domingos normalmente hay mucha gente en este carril, pero ayer no. Es que casi no se podía ver a nadie, y eso por causa de una niebla muy espesa. Cuando salimos de Alcobendas (yo y un par de vecinos), la visibilidad era como de medio kilómetro, pero cuánto más avanzábamos hacia la sierra, se puso peor, y cuando llegamos a Colmenar (Viejo), la visibilidad era apenas 200 metros.

La niebla ha sido un elemento muy protagonista en varias historias y películas a lo largo de los años. Algunos se acuerdan de la película famosa “The Fog” (La Niebla) de 2005. Hay un cierto miedo de la niebla que se llama la “homiclofobia”. Hay casos comunes en más de 67 países del mundo. Es un temor exagerado o irracional de la niebla. Este trastorno causa pánico extremo en todos los pacientes. Las personas adoptan medidas extremas para evitar la niebla, hasta se mudan a zonas geográficas que no reciben mucha precipitación. Se trata con diferentes técnicas de desarrollo cognitivo. La exposición directa ha sido probada y resulta muy buena en ayudar a estos pacientes a enfrentar su miedo.

Dudo mucho que la falta de ciclistas el domingo fue debido a un miedo de la neblina … J Yo personalmente no tengo problema de pedalear mi bici en un banco de niebla (aunque debería haber llevado una linterna para que otros me pudieran ver.) Ahora, conducir un coche en un banco de niebla, eso es otra cosa y no me gusta nada (¿y a quién sí?)

Se cuenta de una historia de un grupo de turistas en la selva amazónica. Por casi todo el camino había una senda bien marcada, y todos disfrutaban de la aventura. Pero en breve la senda empezaba a menguar, hasta que por fin se desapareció totalmente. En una gran voz unida los exploradores ingenuos clamaron, “¿Dónde está el camino? ¡Qué hemos perdido el camino!”

Inmediatamente el guía del grupo respondió contundente-mente, “¡Yo soy el camino, seguidme a mí!”

Vaya … me imagino que todos se tranquilizaron al escuchar esas palabras. Me hacen acordar de otro hombre hace mucho tiempo que dijo lo mismo.

Bueno, al final salió el sol ayer, y resultó un día maravilloso. Nos mojamos un poco en esa gran nube terrenal pero lo pasamos bomba y el café en el bar al final fue la brocha de oro a una gran mañana.

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